miércoles, 30 de mayo de 2012

FRUSTRACIÓN, ESPECTÁCULO Y MAQUIAVELO

Estatua dedicada a Nicolas Maquiavelo en su Florencia natal.


Pasadas ya varias horas del espectacular tercer partido de la serie semifinal por el título entre Real Madrid y Caja Laboral, trato de desprenderme de la molesta sensación de frustración y cabreo que me poseyó, no sólo a la finalización del encuentro, si no durante todo el transcurso del mismo. No se asusten. Si han tenido la desgracia de seguir este blog creo que ya nos vamos conociendo y saben que trato de hacer de la mesura bandera, más que nada porque el mundo del deporte ya está lo bastante empozoñado como para seguir echando basura sobre un campo de la vida en el que soy incapaz de compartir la irracionalidad y el abrazo de las bajas pasiones. Se que hay gente que vive feliz y convencida de que está en lo correcto viendo las cosas distorsionadas a través del color del cristal que han elegido, o para quienes desear la muerte del rival es lo más sano y normal del mundo, y que incluso creen (y lo creen muy seriamente, algo realmente de psiquiátrico) que se es mejor o peor persona por ser de un determinado equipo y no de otro. Vamos al lío. Muy raramente me verán hablando de los árbitros, y esta va a ser una ocasión excepcional. Tampoco vamos a incidir demasiado sobre el asunto, la serie está siendo tan apasionante que sigo viendo el arbitraje en muy segundo plano. El 1-2 con el que domina el play off el Caja Laboral es justo, como también lo sería un 2-1 a favor del Madrid. 

El Madrid no está cómodo, Ivanovic le está ganando la partida a Laso, y se está jugando al ritmo que le conviene al Baskonia. En los momentos en los que el Madrid está encontrando su juego (segunda parte del segundo partido, último cuarto del tercero), los blancos si están siendo superiores. El equipo madridista realizó sus mejores minutos de baloncesto en el comienzo del último parcial de ayer, con un espectacular parcial de 2-15. Uno de esos parciales brutales en los que un equipo juega a velocidad de crucero en ambos lados de la cancha y tiene al rival noqueado. Un parcial y unas sensaciones que no veía posiblemente desde el Eurobasket 2009 con la selección española frente a Lituania (lo que significó el punto de inflexión para un equipo que viajaba plagado de dudas y acabó barriendo a sus rivales para colgarse el oro a partir de "encontrarse" en la pista en un momento concreto de aquel partido) Ese momento lo encontró ayer el equipo de Laso, y fue cortado de cuajo por una antideportiva de Begic que vuelve a meter en el partido a un rival que no sabía de donde le venían los golpes, con un entrenador que había arriesgado muchísimo gastando sus dos tiempos muertos (con el parcial de 0-6 y de 0-8) buscando en vano que el Madrid volviese a la incomidad habitual con la que se está encontrando en toda la serie. La jugada deja el mal sabor de haber visto tres días antes una acción similar con Sergio de Llull de protagonista recibiendo una falta igual de flagrante en un contrataque que no fue sancionada de la misma manera. La acción supone incomprensiblemente dos intencionadas para el pivot esloveno del Real Madrid tras recibir un empujón en el pecho de un inteligente Fernando San Emeterio que sabía que era el momento de "desconectar" al rival. No obstante el equipo se repuso y tuvo en su mano la victoria, el Caja Laboral llevó el partido a la prorroga por deméritos del rival que no podemos pasar por alto. Una prorroga, por otro lado, que el Madrid afronta sin "cincos" y con tres eliminados, misión casi imposible y que hizo que ni una jugada tan espectacular como el mate tras rebote ofensivo de Nemanja Bjelica (gran noticia su largamente esperada explosión, por fin producida) la pudiese ver con los mismos ojos que sin tener esta sensación de asistir a una prorroga tremendamente condicionada.   

¡Esa mano!


Pero como digo la frustración no vino sólo al final del partido, ni al comienzo de la prorroga, ni con la expulsión de Begic. Un triple anulado a Carlos Suárez en los primeros compases del partido, por mucho que estemos hablando de una jugada muy puntual y con 30 y pico minutos por delante, ya me hacía pensar que, en una eliminatoria ya de por si tremendamente complicada e incómoda, nos veíamos obligados en ese partido clave a tener que pelear y luchar el doble que el rival. ¡Y vaya si se peleó! Los 48 rebotes capturados, 15 de ellos en ataque, son una buena muestra del coraje con el que el equipo blanco se empleó en la pista a la hora de luchar por cada balón. Para "compensar" esta brutal superioridad a la hora de atrapar balones, el Caja Laboral encontró una vía de salvación doblando en tiros libres al Real Madrid, todo ello a pesar de ser el equipo madridista quien constantemente buscaba anotar dentro de la zona, donde el contacto es mucho más explicito, y ante la ausencia de la brillantez anotadora exterior que otras veces tan buenos resultados ha dado a los de Laso (en este aspecto hay que destacar la enorme eliminatoria que está realizando Brad Oleson, otro con "cuentas pendientes" frente a un Real Madrid en el que no pudo ni llegar a debutar gracias al "buen ojo" de Messina dentro de esa especie de "supermanager" al que jugó en su infame paso por este club... como decimos, muy destacable el papel de Oleson, no sólo martilleando sin piedad el aro rival en cuanto tiene ocasión, si no además facturando una antológica defensa sobre un Jaycee Carroll al que tiene totalmente desquiciado, recordando al completísimo escolta que fue en Fuenlabrada, y demostrando que es uno de los exteriores con mejores piernas de la Liga Endesa... si el baloncesto ha de jugarse en ambos lados de la cancha, Oleson está siendo el hombre clave del play off) 

Otro jugador especialmente motivado en esta eliminatoria es Maciej Lampe, quien esta misma semana se descuelga con unas declaraciones en las que la Casa Blanca no sale muy bien parada respecto al trato recibido por él y su familia cuando aún era un chaval menor de edad. El polaco de aquella apuntaba ya a ser un jugador muy apreciable, camino de convertirse en uno de esos 7 pies con capacidad para jugar por fuera. No ha llegado tan lejos de donde por potencial debiera, pero su caso es un ejemplo más de la poca paciencia del Real Madrid con jugadores jóvenes, canteranos, y proyectos de futuro.   

El chaval en quien no confiaron.


Sea como fuere, y obviando temas arbitrales, que como digo afortunadamente quedan en un segundo plano cuando con el espíritu ya calmado uno piensa exclusivamente en lo bueno y bello del juego, el play off entre Madrid y Baskonia está siendo de los que hacen afición, un empujón a la vertiente más espectacular del baloncesto, esa que en demasiadas ocasiones aparece en desuso, de modo que en ese sentido la eliminatoria es una gran noticia para todos los aficionados. 

De todas las derrotas siempre hay que procurar sacar algo positivo, independientemente del resultado, todo lo que se haga siempre tiene que valer para el futuro. Por eso siempre defendemos a los entrenadores que aún con un marcador decidido no permiten nunca bajar los brazos a sus jugadores, aunque ganen o pierdan por 40 puntos, todo lo que sigan haciendo en la cancha les puede valer para el partido siguiente. Pero, ¿cómo se gestiona una frustración?, después de haber luchado lo indecible contra todo y contra todos durante 45 minutos para verse ahora con dos macht balls en contra. El pensamiento madridista tiene que ser el mismo con el que llegaba a Vitoria, el de la obligación de ganar al menos uno de los dos partidos en cancha alavesa, de modo que borrón y cuenta nueva. 

Hemos hablado de la frustración, y también del espectáculo. Para finalizar vamos a hacerlo del maquiavelismo, un arte por desgracia muy extendido en el mundo del deporte. Pablo Laso a la finalización del partido anoche mostró una elegancia desafortunadamente no muy extendida en la alta competición. Ni un reproche a la actuación arbitral, merecidas felicitaciones al rival, y muy merecidas felicitaciones a sus jugadores que se dejaron la piel en la cancha. No he podido evitar recordar los mejores tiempos de Aíto García Reneses y la diferencia con la que se movía en estos asuntos. Vaya por delante que considero al madrileño como el históricamente mejor de todos nuestros entrenadores, por su capacidad para irse adaptando a todos los tipos de juego y baloncesto y ser capaz de mantenerse con brío en los banquillos durante varias décadas sin perder brillantez y frescura mental (hasta su última época en Málaga donde ya comenzó a dar síntomas de agotamiento), algo al alcance de muy pocos. Pero también es cierto que su maquiavelismo a la hora de cumplir sus objetivos no le impedía pasar por encima de cualquier consideración ética. Aíto era tan ducho en este arte que no sólo podía condicionar el partido siguiente de un play off, si no que era capaz de condicionar toda una temporada (la “liga de Petrovic”)   

Un Aíto jovial y florido, ya de aquella con lo de "ganar, ganar , ganar, y volver a ganar" metido entre ceja y ceja.


Maquiavélico ha sido Querejeta tras el segundo partido, para ahora vergonzosamente recurrir al “donde dije digo” y echar la culpa a la “manipulación” periodística (sobre todo si es periodismo madrileño, que siempre vende más ese victimismo) Maquiavelismo también ha intentado ahora Juan Carlos Sánchez, buscando que cambien las tornas para el partido de mañana, veremos si lo ha conseguido. 

En medio de todo ello, un magnífico espectáculo de baloncesto. 

Lástima de esta frustración que tengo desde anoche y no me logro quitar ni con una exposición continuada de videos de concursos de triples de Larry Bird.  

3 comentarios:

  1. Supongo que esa frustración de la que hablas ya se te habrá quitado a la hora en que escribo esto, con el QUINTO partido en ciernes.
    Yo hacía decenios que no disfrutaba tanto del baloncesto como con este RMB de Laso. Y si, me cabreo con los árbitros, o más bien con un sistema de arbitraje impuesto por FIBA en el que hay que pitar hasta el más mínimo roce, en un deporte como el basket que es extraordinariamente más difícil de pitar que el fútbol eso es añadir tabasco a una guindilla picante, pero árbitros aparte, estas semifinales están siendo de las que crean afición. Por cierto, quiero nombrar a Sergio "Chacho", si, ese que no servía para jugar en el RMB.... Con el Barça Regal (ó Regal Barcelona como yo le llamo) en la final, si llega el RMB puede ser de infarto. como me gusta este deporte.

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  2. Sí, Marcos, como cambian las cosas y como la frustración se ha tornado en alegría... magnífica semifinal en la que hemos ido de menos a más y finalmente ha aparecido hasta el tiro exterior... vamos a disfrutar/sufrir mucho esta final a partir del miércoles.

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  3. Es que si no me hacen sufrir..que me devuelvan el dinero jejeje. Sin sufrimiento no se saborea la victoria igual. Recuerdo la cara de ¿esto es todo? que me quedó durante la final del mundial de Pekín contra Grecia, con lo bien que lo pasé en el partido contra Argentina...si, casi la palmo, pero feliz.... Espero comentar una victoria del RMB en próximas entregas. Hala Madrí !!

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