jueves, 4 de octubre de 2012

RODILLO BLANCO




Sí, es cierto que de momento sólo llevamos cuatro partidos oficiales (a los que hay que sumar una pretemporada inmaculada) y que cualquier conclusión sobre lo que pueda deparar el curso al completo siempre será precipitada y se trataría de un error absoluto, pero difícilmente encuentro mejor manera de definir el actual y espectacular Real Madrid 2012-2013 de Pablo Laso. Líbreme Dios de lanzar las campanas al vuelo, los que me conocen saben de mi naturaleza precavida y temerosa hasta límites exasperantes. Sí, amigos, yo soy de esos que a falta de minuto y medio y ganando de 20 suelta los típicos y tópicos “esto no está decidido”, “aún puede pasar de todo”, etc etc… 

Se trata simplemente de disfrutar del momento y seguir reivindicando este tipo de baloncesto y la apuesta de Laso. Un estilo desbocado que quien quiera seguir necesitará de la suma y generosidad de todos sus efectivos. Anoche, un buen Blancos de Rueda demostró que lo del Palau no fue una casualidad. Un equipo serio y bien trabajado que saca máximo rendimiento a lo que tiene. Aguantó hasta el descanso, pero los 40 minutos fueron demasiada tormenta ofensiva para un equipo que en principio ha de mirar más por la parte baja de la tabla que hacia la zona noble (aunque nunca se sabe, recuerden a este mismo equipo hace dos temporadas con el bueno de Porfirio Fisac en el banquillo y jugadores como el ahora madridista Marcus Slaughter) El partido deja un nombre propio en la figura de Nikola Mirotic. Sus 46 puntos de valoración difícilmente serán superados a lo largo del fin de semana, e incluso durante toda la temporada. Disfrutemos mientras podamos, que diría un jardinero, de sus exhibiciones en nuestra liga, porque este chico es carne de NBA. 

Mientras tanto esa parte del madridismo de la que hablamos a veces, la que nunca está contenta, la que se ha empeñado en vivir en un estado de masoquismo constante según el cual todo lo que se hace desde la casa blanca es un desastre, sigue buscando desesperádamente su Ferrari porque esto no le vale. Se sigue despreciando a Laso simplemente porque no tiene “nombre” (cuando hablamos de un auténtico histórico de nuestro baloncesto y máximo asistente histórico de la ACB) y se piensa que con estos jugadores, al fin y al cabo, cualquiera entrena (eso después de haber puesto a parir a media plantilla porque no tiene nivel) Pablo Laso es el gran arquitecto de este Real Madrid, el sumo artífice y pontífice, y es hora de valorar como se merece a “uno de los nuestros” aunque no tenga un apellido acabado en –ic. Se que incido demasiado en el tema del vitoriano, pero con el actual técnico madridista sucede lo mismo que con Vicente del Bosque en fútbol. Ya hay demasiada gente empeñada en negar la realidad de sus éxitos, y como hablamos de personajes no demasiado dados a hablar de sus méritos, sus triunfos ni a autoproclamarse “especiales” (que diferencia con otros), tendrá que haber alguien, algún humilde escribano, que se parta la cara literariamente (que no literalmente) por ellos.   


Diseñando el espectáculo


Los equilibrios que se ven obligados a mantener aquellos que desde el principio se apuntaron al “tiro al Laso” llegan a ser realmente ridículos y risibles, se empeñan en denunciar que el de Vitoria es poco menos que un tarado al que por algún extraño milagro las cosas le salen bien (más o menos como quienes dicen que Iker Casillas para “por suerte”), he llegado hasta a leer cosas como que jugar con tres “bajos” es un disparate y que increíblemente a Laso le sale bien. ¿Disparate?, ¿pero esta gente ha visto baloncesto alguna vez en su vida?, ¿han visto, sin necesidad de irnos más lejos, el “small ball” con el que Rick Carlisle le ganó la partida y el anillo de la NBA a todos unos Miami Heat con sus diabólicos Mavericks cada vez que coincidían juntos en pista Kidd, Terry y Barea?, por otro lado recordemos el quinteto titular más habitual de Pablo Laso la pasada temporada a partir de más o menos mediada la temporada: Llull-Singler-Suárez-Mirotic-Tomic. El quinteto más alto de toda la ACB. Cuatro jugadores por encima de los dos metros. ¿Qué quiero decir con esto?, que gracias a Dios Laso no es ningún ortodoxo de este juego. En todas las disciplinas de la vida siempre se ha evolucionado a través de la heterodoxia. Paracelso, Isaac Newton,  Bobby Fischer o Jimi Hendrix fueron heterodoxos. Para muchos, posiblemente, debieran haber ardido en alguna hoguera real o imaginaria. Para otros sin embargo, abrieron caminos, y no tanto por ninguna genialidad innata e intrínseca si no por el mayor arma con el que desarrollarte en el transito de la vida: la inquietud, la curiosidad, y la necesidad ultraísta de romper cualquier guión preestablecido. Todos estos debates dogmáticos que pretenden llevar al baloncesto a un terreno estérilmente lógico no tienen ningún sentido a día de hoy, como tampoco intentar pretender que en el deporte de la canasta dos y dos sumen cuatro. Volviendo a las comparaciones futbolísticas y al querido Hombre Tranquilo salmantino, todos recordamos la inmensa estupidez que se generó alrededor de la selección doble campeona de Europa y campeona del mundo simplemente por la tontería del “falso nueve”. Poco importaban las victorias, el juego, la eficacia, la brillantez que el resto del planeta futbolístico admitía como irreprochable. Parte de la afición española esgrimía el debate inmovilista de que dos y dos tenían que ser cuatro y no se podía romper el guión, por mucho que el deporte de élite signifique constantemente reinventarse. Si me pregunto si alguna vez vieron baloncesto los que se llevan las manos a la cabeza cuando ven tres jugadores de 1,90 en pista, igualmente me pregunto si alguna vez vieron o admiraron a los Di Stefano, Pele, Cruyff, si observaron como jugaban sus equipos, como planteaban sus partidos los técnicos, todos los que se apuntan al argumento conservador del nueve "tronco" de toda la vida en un campo de fútbol.  

De modo que aquí seguimos, maravillados por el baloncesto coral y colectivo propuesto e ideado por Laso para este Real Madrid. Podría ser muy fácil exprimir el minutaje de las grandes estrellas blancas (Llull, Rudy, Mirotic), sin embargo la idea de Laso es clara, la imposición del equipo por encima del individuo, sin que ello sea óbice para explosiones desorbitadas de un talento joven y hambriento dispuesto a comerse el mundo del baloncesto como el hispano-montenegrino Mirotic. Ya no parece caber duda de que tiene a su alcance el nivel de un Dirk Nowitzki con quien justicia se le ha buscado comparaciones. Yo diría que ahora la duda está en cuanto tiempo va a tardar en llegar a tal excelencia en el juego, y hasta donde podrá superarlo. El partido de ayer en tierras pucelanas vuelve a dejar una estadística llena de detalles asombrosos más allá de los 25 puntos de diferencia final. Empezando por la bestialidad de Mirotic, pero siguiendo por los 17 de valoración de Sergio Rodriguez en tan sólo 16 minutos, los 15 triples de 28 intentos, o los nada menos que 13 balones recuperados y los 8 tapones colocados al rival por el conjunto blanco durante los 40 minutos de partido (sí, amigos, este equipo como ven también defiende)... para que vean que no todo es perfecto, preocupante es sin embargo el empate a rebotes que ofrece la estadística final (32), y sobre todo que el Blancos de Rueda capturase 14 rechaces en tablero madridista. Aspecto muy a mejorar, que duda cabe.    


Niko dejó en Valladolid una actuación para el recuerdo.

Y ya que nos hemos declarado tan abiertamente defensores de la idea baloncestística de Pablo Laso, por poner las cosas en su sitio creo que hay que aclarar algo. No estamos hablando en absoluto de ningún genio de los banquillos ni de ningún maestro de la pizarra. Ni maldita la falta que hace. Simplemente de un tipo que lleva toda la vida dedicado a este deporte, que ha sido uno de los mejores jugadores nacionales en su tiempo, y cuya sensatez y sentido común es encomiable. Tanto es así que no se preocupen, sabrá seguir estando en un segundo plano sin darse ningún mérito ni autoproclamarse ningún ser especial o entidad divina. Y seguirá haciendo equipo. Ya ni siquiera nadie se puede plantear que hace Draper en este equipo, quien tan sólo hace diez días parecía un cuerpo extraño sin sitio en el roster, con dos pequeñas pero certeras intervenciones ha acallado los debates. Triples decisivos contra el Unicaja, buena defensa (3 robos en 12 minutos) contra el Blancos de Rueda. No me extrañaría que Laso tuviera en sus vestuarios una pizarra con el lema que ya hemos adoptado para el equipo blanco esta temporada: TODOS SUMAN.  

Y para rematar la fiesta, el joven de 18 años Willy Hernangómez, jugador llamado a ser uno de nuestros referentes interiores en el futuro de la selección nacional, vio cumplido el sueño de cualquier joven jugador de poder debutar en nuestra liga. Bienvenido al rodillo, Willy.    


Dos décadas después, el apellido Hernangómez vuelve al Real Madrid

2 comentarios:

  1. Una pena qe no se puedan ver los partidos de la gira NBA por TV ...

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  2. Las cosas raras de las televisiones, fíjate que el sábado del Memphis-Real Madrid sin embargo el Plus televisó el Alba Berlin-Dallas... por otro lado, personalmente no me ha gustado mucho el tema este de la gira del Madrid, con la temporada ya empezada, el Panathinaikos a la vuelta de la esquina... espero que no se note, pero me ha parecido un corte en una temporada que había empezado de manera genial... espero equivocarme.

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