jueves, 27 de junio de 2013

EL SUEÑO DE MI DESVELO





He dado cuenta durante el pasado fin de semana de la lectura del libro de Antoni Daimiel “El sueño de mi desvelo”, una especie de pequeña autobiografía sobre sus últimos 15 años en los que se ha convertido en algo así como la voz oficial de la NBA en España. Casi una celebridad. Tanto es así que su publicación ha supuesto un auténtico bombazo editorial (mi ejemplar es ya una cuarta edición, y hablamos de una obra que vio la luz en Mayo, apenas hace un mes)   

Como digo lo leí durante el pasado fin de semana, y de no ser por los rigores propios de los días de asueto en los que hay que cultivar más cosas aparte de la lectura, diría que es un libro de leer en una tarde. En un par de horas. Por un lado la obra no es nada densa (no llega a las 200 páginas), y por otro está escrito con el ritmo y la agilidad habitual del periodista manchego con lo que logra trazar un relato ameno y bien construido que apenas decae en interés. 

Vaya por delante que este no es un libro estrictamente deportivo, sobre baloncesto, ni sobre la NBA. Tampoco es una obra rica en erudición, más bien al contrario. Se recorren los últimos 15 años de la mejor liga del mundo a ojos de Daimiel y de su labor periodística, lo cual por otro lado obvia muchos aspectos. Como se suele decir, no están todos los que son, pero son todos los que están. Y los que están son, sobre todo, los dominadores de la competición en esta última década y media, desde Jordan a LeBron. Otro grueso importante de la obra lo contemplan, como no, los jugadores españoles. Recordemos que cuando Canal + se hace con los derechos para España de la NBA el nombre de Pau Gasol apenas era conocido por los aficionados más concienzudos, como el de un adolescente con posibilidades dentro de una generación en la que los mayores talentos se llamaban Juan Carlos Navarro y Raúl López, y tras ellos Germán Gabriel y Felipe Reyes. Nadie podía intuir que más de una quincena de años después el espigado jugador de Sant Boi fuera a ser nuestro mejor baloncestista de la historia y el gran exponente de nuestro país en una liga que cada vez mira con mejores ojos a nuestros jugadores. 

Pero como decimos este no es un libro exclusivamente deportivo. Se agradece la sinceridad del autor, que escribe, como diría un castizo, “a calzón quitao”. No se muerde la lengua ni se le seca la pluma a la hora de repartir y criticar a grandes directivos y medios de comunicación. Antoni reivindica una manera de entender y contar el deporte. Un estilo en el que el rigor y la profundidad de conocimiento vayan acompañadas de una cultura general (cine, música, etc) que pueda servir de ligazón para ofrecerle un mayor atractivo al aficionado. Se habla de gente como Santiago Segurola, de competiciones como la NCAA… en definitiva de ese deporte del otro lado del Atlántico tan íntimamente unido a la cultura popular del siglo XX de la que todos somos hijos. El rock’n’roll, el soul, el jazz, la buena comida mejicana o las grandes hamburguesas. Todo ello aderezando siempre el mayor espectáculo del mundo. La NBA. Ese universo deportivo cuya grandiosidad empequeñece todo lo demás.    


Pero como no podía ser de otro modo, si hay una sombra que sobrevuela por las páginas del libro de manera constante no es otra que la de nuestro querido “jugón” Andrés Montes. Ese personaje de interiores tortuosos pero exterior luminoso que sabía “vender el muñeco” como nadie. Sacado del submundo radiofónico deportivo de una pequeña emisora como Radio Voz por Alfredo Relaño, quien supo ver en él a un showman de las retransmisiones deportivas, la irrupción de Andrés Montes en la televisión supuso un auténtico acontecimiento. Como una repentina explosión de júbilo en un ámbito, el del deporte, apolillado por tantos años de maguregianos blues del autobús y de furias de pacotilla. Alguien, en definitiva, capaz de hacernos sentirnos felices con el deporte (“porque la vida puede ser maravillosa”, como repetía constantemente) Y ese es el mayor valor por el que amamos el deporte, celebramos las canastas, y cantamos los goles. Porque nos gusta ser felices. Y así Andrés Montes y Antoni Daimiel configuraron una de las parejas más inolvidables de la televisión de todos los tiempos. Tan distintos, pero tan complementarios. Como los protagonistas de alguna “buddy movie” estadounidense. Afortunados somos pues, de haberlo vivido, pese a las horas de sueño sacrificado por el bueno de Daimiel. Todo sea por mantener vivo tan maravilloso desvelo.   


El sueño de los jugones

2 comentarios:

  1. Montes y Daimiel...esa retransmisión en el 6º partido del 98 es ya leyenda. Sin duda, ellos, junto a Jordan claro está ;-), son los que más han hecho por el baloncesto en general y la NBA en particular en España...pero de largo.
    Ahora cuando veo partidos NBA me aburro soberanamente, lo siento por los actuales profesionales, que algunos son muy buenos, pero ...

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  2. Bueno, Daimiel sigue en muchos... pero Montes era otra cosa, está claro... Cano Jr y José Ajero si que no me entran...

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