miércoles, 24 de julio de 2013

EL RETORNO DEL JEFE


Chavales, ponedme unas botellas a enfriar.


Las paradojas del mundo del deporte y que por desgracia tan bien conocemos en nuestro devaluado país. Mientras la antaño reluciente ciudad de Detroit ocupa la primera línea informativa ejemplificando el gran fracaso del capitalismo liberal y su empeño en obtener los más cuantiosos beneficios privados a través del mayor sufrimiento público posible, a pocos kilómetros de la urbe, formando parte aún del área metropolitana de Detroit, en las colinas de Auburn Hills, encontramos un Palace baloncestístico que vuelve a soñar con ver a sus Pistons en play offs después de cuatro años sin pisar post-temporada.   

El principal argumento para la renovación de esperanzas por parte del sufrido seguidor de la MoTown responde al nombre de Josh Smith. El completo forward de Georgia llega a la ciudad del motor como uno de los agentes libres más deseados del verano y dispuesto a convertirse en el nuevo líder de la franquicia desde que el tip-off inicial dé comienzo a la próxima temporada. A su lado deben seguir creciendo los jóvenes Brandon Knight, Greg Monroe y Andre Drummond para consolidar a Detroit como un equipo nuevamente de play offs y que se sitúe al menos en el segundo escalón entre los equipos fuertes del Este (en el primero claramente figuran a día de hoy Miami, Indiana, Chicago y la nueva sensación llamada Brooklyn Nets) Pero no es Smith la única reciente incorporación de la franquicia ganadora de tres títulos, ya que en los últimos días los aficionados han recibido la agradable noticia del retorno de uno de los jugadores más queridos y que más profunda huella han dejado en la MoTown en los últimos tiempos: nada menos que el líder de los últimos Pistons campeones, el jefe de aquella banda de forajidos que asaltó la NBA y dejó con la miel en los labios a los Fab Four angelinos (Kobe, Shaq, Karl Malone y Payton) Hablamos, como no, del gran Chauncey Billups, cuya influencia en el equipo era tal que baste recordar que con el genial base de Colorado en sus filas Detroit jamás estuvo ausente de unas finales de conferencia, llegando a disputar seis consecutivas, y en cuanto salió del equipo a cambio del ignominioso Allen Iverson el club del motor avistó el cataclismo cayendo de inmediato en primera ronda contra Cleveland sin ganar un partido (4-0) y sin pisar play offs los cuatro años siguientes (mientras que Denver jugaba sus primeras finales de Conferencia en más de 20 años a los pocos meses de la llegada de Chauncey). Es decir, los seis años de Billups en Detroit se traducen en seis finales de Conferencia. Los cinco años posteriores sin él se cifran en cuatro partidos de play offs y ninguna victoria durante todo ese lustro. Eso es Billups para Detroit.     


La noche y el día.


Curiosamente su salida dio comienzo a una reconstrucción de la que ahora también va a ser partícipe. Que paradójico, y que error el de Joe Dumars permitiendo su traspaso a cambio de un jugador absolutamente en las antípodas del estilo de juego genéticamente adquirido en Detroit cuya base principal es la química así como el sacrificio conjunto, como era un Allen Iverson tan genial como individualista y ya en unos años de su carrera en los que sólo parecía preocupado por hacer números estadísticos y engordar los de su cuenta corriente. Sin un líder ambicioso como Billups (MVP de las finales de 2004) Detroit comenzó su particular travesía por el desierto. Con el espacio salarial dejado por el traspaso de Chauncey, y con Iverson (quien acabó la temporada como suplente y “enfermo imaginario” al que constantemente le surgían repentinas lesiones para no jugar) dando la espantada, Dumars fue a por jugadores de nivel bastante regular como Charlie Villanueva o Ben Gordon. La renovación no ha dado sus frutos hasta el momento y Detroit ha sido de las peores escuadras NBA en los últimos años, aunque se han enmendado viejos errores pasados gracias a los aciertos en las elecciones del draft de Brandon Knight (número 8 en 2011) y sobre todo de los interiores Greg Monroe (número 7 en 2010) y Andre Drummond (número 9 en 2012) Ninguno de ellos ha sido un Top 5 del draft (como tampoco lo ha sido la elección de este año en el puesto número 7, el exterior Kentavious Caldwell-Pope, y es que no ha tenido precisamente suerte la franquicia de Michigan a la hora de los sorteos), ni ninguno parece en principio una superestrella (aunque los dos pívots tienen sobrado potencial para serlo), pero se percibe la calidad suficiente como para que sobre ellos y Josh Smith se asienten ya los nuevos Pistons que también necesitarán de las prestaciones de otros jóvenes como el sueco Jonas Jerebko o el ex –madridista Kyle Singler. Pistones de reciente cuño dirigidos por el mítico ex –jugador Maurice Cheeks, uno de los mejores bases de su época con una larga carrera NBA basada sobre todo en la ciudad de Philadelphia. Cheeks encabeza un cuerpo técnico en el que también figura otro mito reciente para el Palace de Auburn Hills: el inigualable y lenguaraz Rasheed Wallace, también campeón en 2004, y quien tras colgar las botas debuta como técnico asistente en “su casa” (aunque llegó a jugar incluso más temporadas en Portland que en Detroit) 


Pero que a nadie le quepa duda de que el auténtico jefe de la pandilla será una vez más el viejo Chauncey Billups. Camino de los 37 años sus piernas ya no son las mismas que las de hace una década, y en sus últimas temporadas el declive físico ha sido una realidad tristemente patente. Pero hablamos de otra cosa, de algo que va más allá de la mera producción deportiva. Hablamos de símbolos que hacen que los clubes brillen mucho más que lo que indican los títulos expuestos en las vitrinas y que permiten que los aficionados mantengan un orgullo e identificación constante con dichos clubes. Fue un error traspasar a Billups, y no deja de ser paradójico que finalmente vuelva cuando la reconstrucción parece llegar a su fin y toca volver a ser equipo de play offs. Es bueno tenerlo de vuelta.       

miércoles, 17 de julio de 2013

LOS SIETE MAGNÍFICOS DE BROOKLYN


Se cumplen nada menos que 40 años del último anillo ganado por la franquicia con mayor mercado de toda la NBA. Los Knickerbockers de New York. Hace ya cuatro décadas que los Dave DeBusschere, Walt Frazier, Earl “The Pearl” Monroe y Willis Reed daban a la Gran Manzana su último momento de gloria suprema, en un roster en el que por cierto también figuraba el posteriormente entrenador más laureado de todos los tiempos Phil Jackson, quien en la rotación neoyorquina era algo así como el octavo hombre. El mítico William “Red” Holzman, nativo de Brooklyn, figuraba como entrenador aquella temporada. Marvin Gaye dominaba los charts cantando aquello de “Let’s get i ton” y David Bowie fantaseaba con la vida en nuestro vecino planeta rojo. Aquellos maravillosos 70.     



"The Pearl" echándose una partida tras ganar a los Lakers en las finales del 73


“Red” Holzman, que dirigió como primer entrenador a los Knicks durante 15 temporadas (suya fue la conquista del anterior título de la franquicia, en 1970) falleció hace ya década y media, por lo que no puede contemplar como en la urbe que más respira baloncesto del globo es precisamente su barrio natal, Brooklyn (un barrio de dos millones y medio de habitantes por otro lado), quien acapara hoy día los focos mediáticos en tan sólo su segunda temporada desde que los Nets cruzaran el río Hudson para mudarse desde New Jersey a su nueva ubicación. El magnate multimillonario Mikhail Prokhorov ha logrado reunir un buen ramillete de figuras que hacen que pensar en el anillo no sea ninguna utopía para las gradas del Barclays Center. De hecho se diría que a día de hoy ningún roster NBA puede presumir de la cantidad de figuras que atesoran los Nets, no sólo concentradas en el típico Big Three, si no mostrando una buena profundidad de plantilla. Posiblemente vayan a contar con el mejor quinteto titular de la liga (claro que lo mismo pensábamos el pasado año respecto al Nash-Kobe-MWP-Pau-Howard de los Lakers y pasó lo que pasó) a los que añadir buenos jugadores de rotación, especialmente dos estrellas como Jason Terry y Andrei Kirilenko. Prokhorov es de esos tipos que parece tener el dinero por castigo, lo cual facilita las cosas, claro que esta constelación de estrellas no hubiera podido reunirse de no ser por la inestimable colaboración de los Boston Celtics, dispuestos a rejuvenecerse a toda costa y prescindiendo de Pierce, Garnett y Terry. Por otro lado Kirilenko renuncia a 7 millones de dólares (en Minnesota le esperaba un contrato de 10.2 millones por la siguiente temporada, por los 3.2 que cobrará en Brooklyn) para tener opciones reales de pelear por su primer anillo. Así las cosas Prokhorov ha logrado formar hasta un septeto realmente estelar. Estos son sus poderes. Los siete magníficos de Brookyn:


-DERON WILLIAMS (29 años. 1,91) Hasta hace bien poco existía en la NBA el debate sobre quien era el mejor base del mundo. Si Chris Paul o el jugador de West Virginia. La irrupción de los Westbrook, Rose, Irving, Rondo, etc, ha hecho olvidar esa discusión, pero sigue siendo uno de los mejores. 3 veces All Star. 17.8 puntos por partido, 9 asistencias, 3.2 rebotes y 1.1 robos de balón de media en sus 8 años de carrera NBA. 

-JOE JOHNSON (31 años, 2.01) Uno de los jugadores más infravalorados de la liga, nunca ha ocupado demasiada atención mediática, pese a haber sido 6 veces All Star y líder indiscutible de los Atlanta Hawks hasta su llegada a Brooklyn la pasada temporada. Le contemplan 12 años de experiencia NBA con medias de 17.6 puntos, 4.1 rebotes y 4.4 asistencias. 

-PAUL PIERCE (35 años, 2.01) El gran icono celtic durante largos 15 años en los que ganó el título en 2008, siendo MVP de las finales. 10 veces All Star. 21.8 puntos, 6 rebotes, 3.9 asistencias y 1.4 robos en sus 15 años de carrera, todos con la camiseta verde de Boston. 

-KEVIN GARNETT (37 años, 2.11) The Big Ticket, otro mito viviente. Gran exponente del 7 pies moderno, y con una competitividad y deseo de ganar fuera de toda duda. Busca su segundo anillo al igual que Pierce. 14 veces All Star (MVP en el 2003) y MVP de la temporada regular en 2004. A través de 18 años de carrera ha promediado 19.1 puntos, 10.5 rebotes, 3.9 asistencias, 1.5 tapones y 1.3 robos de balón. Casi nada. 

-BROOK LOPEZ (25 años, 2.13) Un pipiolo al lado de todo lo que tiene al lado. El único titular que no ha sido All Star del roster neoyorquino. Sin embargo sus medias en sus hasta ahora cinco años de experiencia son para tener en consideración: 17.9 puntos, 7.4 rebotes, 1.5 asistencias y 1.7 tapones. 

-JASON TERRY (35 años, 1.88) Campeón en 2011 con Dallas (brillantes finales se marcó) y elegido Mejor Sexto Hombre de la temporada en 2009. Pese a no haber sido nunca All Star es un jugador genial e imprevisible, de escaso físico pero resolutivo uno contra uno. Un poco un Navarro a la americana. Su pasado curso en Boston fue decepcionante, sobre todo si tenemos en cuenta que en sus 14 años NBA promedia 15.7 puntos, 4.5 asistencias, 2.6 rebotes y 1.3 robos. 

-ANDREI KIRILENKO (32 años, 2.06) Uno de los jugadores más talentosos que ha dado jamás el Viejo Continente aspirará por primera vez con opciones reales a ser campeón de liga, tras diez años en Utah donde se ganó cierta fama de acomodado, después de que en 2004 (año en que fue All Star) cazase un contrato brutal por 86 millones de dólares en 6 años. Ahora busca otras motivaciones. Sigue siendo un todoterreno. Sus once años NBA se resumen en 12.4 puntos, 5.6 rebotes, 2.8 asistencias, 1.9 tapones y 1.4 robos de balón.   



Cambio de aires.


Estos son los siete magníficos que tendrá a su disposición el novato en los banquillos Jason Kidd, quien cuelga las botas después de nada menos que 19 años de carrera, en los que sólo consiguió el título en una ocasión, precisamente junto a Jason Terry en 2011. Pese a ello su trayectoria en lo individual sólo cabe calificarse de sobresaliente. De hecho la falta de palmarés en las figuras de Brooklyn (estos siete jugadores citados sólo suman tres anillos) puede ser un preciado acicate en forma de hambre de victoria. La edad puede jugar en contra en los casos de los jugadores provenientes de Boston, pero Deron y Johnson parecen en los mejores momentos de su carrera, mientras que Brook Lopez sigue creciendo. No se acaban ahí los argumentos de los Nets. El veterano Reggie Evans seguirá aportando músculo en la zona (la pasada temporada sumó 11.1 rebotes por partido en tan sólo 24.6 minutos de juego) Andray Blatche será otra pieza de rotación interior importante. Por fuera Shaun Livingston también tendrá minutos. Veremos que sucede con el veterano Jerry Stackhouse, de momento en el roster, y quien siempre es una amenaza desde el perímetro a pesar de sus 38, camino de 39, años. Y por supuesto estaremos atentos al curso “sophomore” de un viejo conocido ACB como Mirza Teletovic.   


Con todo esto no cabe duda de que uno de los equipos a seguir la pista la próxima temporada son estos Brooklyn Nets. En este momento su consecución del próximo título NBA se paga 11 euros a 1 en bet365 (por si se animan), al mismo nivel de favoritismo que Houston y Chicago y por detrás de Miami (3 a 1) y Oklahoma City (7 a 1) Y es que pese a tanto magnífico en Brooklyn, LeBron sigue siendo el rey…    



¡Y encima tienen a Beyonce!

martes, 16 de julio de 2013

EL EXTRAÑO CASO DE CARLOS SUÁREZ


Carlos Suárez García-Osorio. 27 años. 2,03 metros de estatura. Campeón de Europa Junior en el 2004 en Zaragoza. Jugador Revelación de la ACB en la temporada 2005-06. Consagrado en la 2009-10 y escogido como mejor alero de la competición en dicha temporada. Habitual pre-seleccionado para el combinado nacional absoluto durante los últimos años, dentro de la mejor generación de jugadores que ha dado nunca este país. Llamado a ser el sucesor en vida de Carlos Jiménez en la citada selección y en el club Estudiantes, y posteriormente visto como uno de los pilares del reciente Real Madrid. Carlos Suárez, 27 años, camino de la madurez deportiva. Carlos Suárez, 2,03 metros de estatura, exponente de la apreciada especie baloncestística llamada “alero alto”. Buen tiro exterior, capacidad para jugar al poste, dedicación ofensiva, trabajo en el rebote. Y con todo ello, con 27 años, cuando debiera estar disfrutando del mejor momento de su carrera, el alero de Aranjuez vive su etapa deportiva más triste una vez que se conoce (ajustes económicos, dicen) que el Real Madrid no cuenta con él para la próxima temporada. Fuera definitivamente del grupo de jugadores adyacentes a la selección tras su “rebote” con Sergio Scariolo en 2011 y sin saber en que club ACB prestará sus servicios la temporada próxima (suena el Valencia), quien estaba llamado a ser nuestro mejor alero alto de la segunda década del siglo XXI vive su peor verano desde que es baloncestista profesional. 

Cuesta entender tanta duda con Suárez, jugador sobre quien si uno analiza su juego, apenas ve aristas y defectos. Como se suele decir, no es un 10 en nada, pero sí un 7 en casi todo. Tampoco vale aquí recurrir a una cabeza mal amueblada o indolencia en el juego. A Suárez le hemos visto partirse la cara contra rivales de distinto pelaje y tamaño, especialmente cuando ha tenido enfrente a Pete Mickeal, uno de esos tipos capaces de hacerte añicos simplemente con la profundidad de su mirada. Sí puede ser válido el argumento de que no ha llegado hasta el nivel que se le presuponía, pero aún así el jugador que ha llegado a ser es bien válido, sobre todo teniendo en cuenta que no hay muchos ejemplares nacionales de sus características en ACB. La decisión del Real Madrid de prescindir de sus servicios puede ser vista de dos maneras. Por un lado el habitual desprecio que desde el club se hace a la sección de baloncesto, con la que no caben esfuerzos económicos por mucho que se derroche en fútbol con millonadas indecentes para inflar representantes y jugadores (y después, bien que nos hacemos la foto con Pablo Laso cuando llegan los títulos), por otro, el propio cuerpo técnico encabezado por Laso y la dirección deportiva desde los despachos de Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros (tan injustamente tratados, como hemos mantenido en otras ocasiones, a pesar de que con ellos han llegado los más exitosos momentos de nuestro pasado reciente) vuelven a dar una lección de cirugía a la hora de confeccionar la plantilla para el curso que viene. Pueden prescindir de quien no haya sido capaz de evolucionar y de dar un paso adelante. Sucedió con Tomic, puede suceder con Begic, y sucede con Suárez. Lo que ocurre es que en el caso de los pívots parecen salir revalorizados del conjunto blanco, mientras que con el alero madrileño sucede todo lo contrario. Pese a la gran temporada del equipo de Laso no ha brillado en lo individual el de Aranjuez. En Liga Endesa su máxima valoración la alcanzó en la difícil cancha del Herbalife Gran Canaria, con una marca de 17 (9 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias) y en Euroliga dejó un gran destello en Atenas frente al Panathinaikos (16 puntos y 3 rebotes para una valoración de 21), no se puede decir que se arrugue en las canchas calientes, desde luego. Por lo demás, valoraciones más o menos bajas y un minutaje que no solía llegar a medio partido. Aún así la sensación de ser una pieza valiosa en el engranaje blanco aportando eso que llaman “intangibles”.   

Y tras un buen inicio de play offs, especialmente en semifinales frente al Cai Zaragoza, llegan unas finales en las que acaba señalado, tocado y hundido. Cuando su equipo más disfruta, mayor es el sufrimiento del alero que se ve fuera de la rotación pese a salir de titular los cuatro primeros partidos (7.25 minutos de media) En el decisivo quinto choque ni siquiera salta al parquet excepto para hacer la rueda de calentamiento y asistía desde el banquillo a la consolidación de su “back up” Tremmell Darden como factor clave para el triunfo liguero. De un plumazo todas las virtudes de quien estaba llamado a ser el mejor jugador español en su puesto y por quien en su día pujaron tanto Real Madrid y Barcelona parecen desvanecerse. Como si la ausencia de su némesis Pete Mickeal, lejos de favorecer sus posibilidades al no encontrarse frente a su mayor y mejor enemigo, hubiera mermado toda valía del jugador para estas finales.   


Desde este blog seguimos creyendo que Carlos Suárez es uno de los jugadores más apreciables de nuestro actual baloncesto y le deseamos que en su próximo destino explote todo el baloncesto que lleva dentro. Ese que parece empeñado en no descubrir del todo. Digamos que Suárez llegó pronto al pelotón de los buenos, pero no ha sido capaz de enlazar con el de los mejores. Ojala lo haga, tiempo aún tiene para ello.     



Siempre a las puertas

jueves, 11 de julio de 2013

LOS DOCE DE ORENGA


Orenga's Gang.


Ya tenemos lista para el Europeo de Eslovenia. En esta ocasión no habrá descartes o jugadores luchando por algún puesto. Salvo lesión o contratiempo de última hora, donde entraría alguno de los tres invitados (Xavi Rabaseda, Nacho Martín y Alberto Corbacho), los doce elegidos serán nuestros representantes. Orenga hace los deberes pronto, ya que la gran mayoría de las selecciones aún tienen sus listas en modo provisional y están a la espera de ver que jugadores pasan el corte.

Lo primero que llama la atención, lógicamente, es la cantidad de ausencias ilustres. Algunas ya conocidas y esperadas, pero igualmente sensibles. Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Serge Ibaka, Felipe Reyes o Nikola Mirotic son jugadores con los que evidentemente esta selección sería otra y una clara aspirante al oro (el que significaría nuestro tercer título continental consecutivo, algo sólo logrado antaño por las históricas y desaparecidas selecciones de la Unión Soviética y Yugoslavia) Aún así llevamos muy buen plantel. Hay equipo para pelear por las medallas, pero debemos comprender que el oro no puede ser la máxima prioridad debido a las circunstancias. Y es una estupenda ocasión para darnos cuenta del magnífico nivel del baloncesto español, capaz de conformar un roster de garantías pese a tantas ausencias estelares, o pese a no poder contar en el Europeo ni con el MVP de la temporada regular de nuestra liga ni el MVP de las finales. Pero las bajas de Navarro y Pau suponen un duro handicap para este equipo, ya que más allá de la calidad de nuestros dos grandes líderes naturales y jugadores con mayor ascendencia sobre el grupo, transforman la fisionomía habitual de la selección y obligan a cambiar la que ha sido nuestra manera de jugar en los últimos años. Vamos a tratar de profundizar sobre este asunto en los apartados posteriores. 

-¿Qué supone la baja de Navarro? Para empezar, perder al MVP del pasado Europeo disputado hace dos años en Lituania. Un genio capaz de decidir partidos y al que no le tiembla la mano en los momentos calientes. Al contrario, se crece cuando la dificultad es mayor y aparece para echarse el equipo a la espalda en los momentos que el rival más nos ahoga (recuérdense las semifinales del citado Europeo contra Macedonia) Pero además su ausencia provoca una incidencia absoluta en el estilo de juego de la selección. Tras la retirada de Carlos Jiménez del combinado nacional, Sergio Scariolo ha sido incapaz de encontrar un alero alto que le convenciese y tomase el relevo del jugador madrileño. El resultado de ello fue ajustar a Rudy Fernández, un escolta natural, a esa posición, formando pareja de aleros titulares con Navarro. Navarro y Rudy han sido fijos en las alas de nuestro combinado, obligando al equipo nacional a jugar habitualmente con tres “bajos”. Base+Navarro+Rudy, dos bases+Navarro, dos bases+Rudy, base+Navarro+Llull, etc… veremos si Rudy sigue siendo más utilizado como 3 que como 2, o saldrá de inicio como escolta ante la ausencia del capitán barcelonista, ganando terreno y minutos San Emeterio o Mumbrú, o incluso Claver como 3 (esto lo veo más difícil) En mi opinión Orenga intentará variar lo menos posible los planteamientos de Scariolo y utilizará en la medida posible todos los “bajos” que pueda. Es decir, entre los tres bases más Llull y Rudy ocuparán habitualmente las tres primeras posiciones en la cancha (1,2 y 3)   


Los sergios, ahora a triunfar de rojo.


-¿Qué supone la baja de Pau? Evidentemente hablamos del líder espiritual de esta generación y el hombre que ha cambiado para siempre nuestro baloncesto, pero también, como en el caso de Navarro, su ausencia provoca un cambio de planteamiento respecto a los esquemas habituales de Sergio Scariolo para las últimas grandes citas. Uno de los grandes aciertos del entrenador italiano fue lograr la compatibilidad en pista entre los hermanos Gasol, pese a que en un principio parecían “estorbarse” mutuamente en pista. Scariolo insistió en ello desde la retirada de Garbajosa, cuya presencia también suponía una seña de identidad para el equipo (el jugar siempre con un 4 abierto) Con Pau jugando inicialmente de ala-pívot en la selección por primera vez en su carrera (por mucho que sea su posición natural en la NBA, en FIBA siempre se le ha utilizado más de 5), pero a la vez siendo el principal recambio de Marc como pívot, Scariolo lograba sacar lo mejor del jugador de los Lakers en ambas posiciones. Pau demostraba no sólo ser nuestro mejor interior, si no quien mejor sabía adaptarse a las distintas parejas que le iban surgiendo (Marc, Felipe, Ibaka…) La ausencia del mejor baloncestista español de todos los tiempos produce dudas por lo tanto sobre la idea de juego interior que desarrollará Orenga. Ya no podemos jugar con dos grandes “siete pies”, aunque Xavi Rey y Germán Gabriel (curiosamente titular en los “juniors de oro” por delante de Pau) se asemejan bastante a esa figura. Gabriel además es una gran amenaza exterior. Si parece más probable que se apuesta por volver a los tiempos de Garbajosa, con Aguilar y Claver jugando de cuatros un tanto falsos. Incluso Mumbrú puede aparecer en esa posición. Por lo tanto es posible que veamos a la selección en muchos momentos con cuatro jugadores exteriores en pista y un juego muy abierto, lo cual si supone una novedad importante respecto a los tiempos más recientes. 

-Otras ausencias. Ibaka, Felipe, Mirotic. Tres jugadores interiores a los que también vamos a echar de menos. Ibaka, un seguro en defensa y cada vez mejor en ataque, y quien sin Pau debería ser la pareja de baile de Marc. Felipe, nuestro gladiador, y el jugador que más rinde en menos tiempo. Mirotic, un talento natural con nivel ya demostrado para estar en la selección absoluta. Su no presencia entristece el panorama interior del equipo, que a ojos del aficionado se presenta como la línea más débil del grupo. Creo que jugadores como Aguilar, Gabriel o Rey se merecen un voto de confianza. Sus temporadas han sido buenas y han ido parejas a un buen rendimiento de sus respectivos clubes. No obstante debemos considerar que será sobre la línea exterior donde más se asiente la fuerza de este grupo. 

Insistimos en que la selección de Orenga es realmente buena y altamente competitiva. El resto de combinados también presentarán ausencias (Nowitzki, Noah, Lorbek, Turiaf, Planinic, Koufos, Gallinari, Kirilenko, Khryapa, Kaun… por citar algunas), si bien no en cantidad y calidad como las nuestras, también es cierto que no tienen la misma capacidad actual de generar jugadores de gran nivel que nuestro baloncesto, es decir, la baja de un Nowitzki para una Alemania puede suponer un varapalo mayor que la perdida de dos figuras para una España. Si uno echa un vistazo al resto de plantillas no debiera verse infundido de un excesivo temor, aunque en mi opinión creo que Francia puede ser, por fin, la gran vencedora. El baloncesto galo lleva años viendo como la mejor generación de jugadores de su historia no ratifica su incuestionable calidad reflejándolo en el palmarés. La culpa en una gran medida ha sido de nuestra selección, que les ha derrotado y frustrado una y otra vez en las últimas grandes citas. Esta puede ser su gran oportunidad de darse la revancha. Tampoco pierdan de vista a Eslovenia, que como locales y con prácticamente todas sus grandes figuras (falta Lorbek pero estarán Nachbar, Udrih, los Dragic, etc) serán claros aspirantes a metales. Por lo demás, lo de siempre, mucha igualdad y grandes selecciones (Grecia, Rusia, Turquía, Serbia… más alguna sorpresa que siempre surge… y a la espera de que Italia confirme su retorno a la elite)       


La Eslovenia de Boza presenta grandes expectativas.


Por último, y aunque no creo que esta Federación necesite que le echen ningún capote (ahí están los éxitos continuados de nuestro baloncesto de selecciones en distintas categorías y sexos), pero conociendo la propensión a la crítica en nuestro cainita país, hay que recordar que se ha trabajado para llevar la mejor selección posible. Con la renuncia de Ibaka era el turno de Mirotic, abanderado nacional en algunos campeonatos de categorías inferiores (el brillante Europeo Sub20 de Bilbao, por ejemplo, donde dio una auténtica exhibición) El jugador de Podgorica ha renunciado , y hay que respetar la libertad de su elección. Se intentó entonces que Ibaka cambiara de opinión y el congoleño mostró su buena disposición, pero se encontró entonces con la oposición de su club en la NBA, los Oklahoma City Thunder. Otro aspecto que parece molestar a algunos aficionados es el retorno de Alex Mumbrú, después de que anunciase su adiós a la selección hace dos años. Lo cierto es que ha hecho una gran temporada y parece lógico que se haya intentado convencer a un jugador de su calidad y su fácil adaptación en el grupo para prestar un (veremos) último servicio al combinado nacional. A partir de ahí, las elecciones de Orenga creemos que son justas. Esta Federación y este grupo de jugadores, con sus virtudes y sus defectos, nos han llevado a las más altas cotas que jamás pudimos imaginar los aficionados a este deporte que tanto nos apasiona. Seguimos confiando en todos ellos.

LOS DOCE SELECCIONADOS: 


ESPAÑA

Jugador
POS
ALT
AÑO
Equipo

Ricky Rubio
Base
190
1990
Minnesota Timberwolves (NBA)

José Manuel Calderón
Base
195
1981
Dallas Mavericks (NBA)

Sergio Rodríguez
Base
191
1986
Real Madrid (Liga Endesa)

Sergio Llull
Escolta
190
1987
Real Madrid (Liga Endesa)

Rudy Fernández
Escolta
196
1985
Real Madrid (NBA)

Fernando San Emeterio
Alero
199
1984
Laboral Kutxa (Liga Endesa)

Víctor Claver
Alero
207
1988
Portalnd Trail Blazers (NBA)

Álex Mumbrú
Alero
202
1979
Bilbao Basket (Liga Endesa)

Germán Gabriel
Ala-pívot
207
1980
Bilbao Basket (Liga Endesa)

Pablo Aguilar
Ala-pívot
202
1989
Valencia BC (Liga Endesa)

Marc Gasol
Pívot
215
1985
Memphis Grizzlies (NBA)

Xavi Rey
Pívot
210
1987
Herbalife Gran Canaria (Liga Endesa)

miércoles, 10 de julio de 2013

LA NBA SE MUEVE


Superman sobrevolará Houston


El mercado NBA no para. Los despachos de las franquicias de la mejor liga del mundo no conocen de vacaciones, y de hecho aprovechan el estío para realizar sus más sonados movimientos y cambiar la cara de sus plantillas para la temporada venidera. Estos son algunos de los cambios de aires protagonizados por los jugadores NBA que nos parecen hasta el momento más interesantes (y no vamos a hablar, de momento, de los banquillos, donde también habría mucho que comentar)


-Kevin Martin a Minnesota Timberwolves. Los lobos ya tienen a su especialista tirador, un perfil de jugador del que claramente carecían. Ricky y compañía deberían salir muy beneficiados de la presencia de este buen anotador exterior, si es capaz de mantenerse en las medias de su carrera. Llega como agente libre. 

-Cambio de cromos entre Boston y Brooklyn. Reconstrucción en los orgullosos verdes pensando en el futuro. Se van Terry, Pierce y Garnett y llegan Kris Humphries y Gerald Wallace como nombres destacados (además de Tornike Shengelia, Keith Bogans y el especialista reboteador Reggie Evans y primeras rondas del draft de años venideros) Los de Nueva York salen muy reforzados de cara al presente inmediato formando uno de los mejores bloques de toda liga (Deron Williams, Joe Johnson, Paul Pierce, KG y Brook Lopez, más Jet Terry como sexto hombre, la cosa mete miedo) y Boston a pensar descaradamente en el futuro para desespero de sus fans a los que les espera una larga travesía por el desierto. El trade está a la espera de oficializarse y de que Garnett, debido a una cláusula en su contrato, no ponga ninguna pega.   


Brooklyn y su "Big Five"


-Al Jefferson a los Bobcats. Llega como agente libre uno de los pívots más dominantes que decide recalar en uno de los peores equipos de la liga. Una oferta de 41.5 millones de dólares por tres años tiene la culpa. No cambiará gran cosa en el panorama global NBA, pero a nivel individual seguro que los jugadores de fantasy tomarán nota del movimiento.

-Y Millsap, a Atlanta. Dos temporadas y 19 millones de dólares. Los Utah Jazz, por lo tanto, se quedan sin su anterior frontcourt titular.

-O.J.Mayo en Milwaukee. Tres temporadas y 24 millones de dólares para un jugador que dotará de aún mayor dinamita exterior al equipo de Jennings y Ellis. 

-Josh Smith será un Bad Boy. Noticia que me hace especialmente feliz como seguidor de la franquicia de la MoTown, y es que Detroit se hace con los servicios de uno de los agantes libres más deseados. Un auténtico todoterreno. Veremos si esto supone la salida de Drummond o Monroe, o si se intentará jugar con esas tres bestias pardas juntas.   


Smith y Drummond juntos. A ver quien les pelea un balón.


-Calde, rumbo a Dallas. Y los Pistons que liberan espacio salarial para hacerse con Smith dejando marchar a nuestro base internacional que también era una pieza codiciada de este verano. 4 temporadas y 29 millones de dólares para dar balones a Nowitzki después de una temporada decepcionante en el club de Mark Cuban (ni se clasificaron para play offs) Debería ser titular, aunque Devin Harris, que retorna a Dallas, intentará ponérselo difícil.

-Howard cambia California por Texas. Claro que si hablamos de decepciones, pocas ha habido mayores que la de la temporada de los Lakers y en concreto de quien estaba llamado a seguir la línea sucesoria de grandes pívots angelinos, Dwight Howard. “Superman” pone rumbo a Houston, donde cobrará menos, pero por otro lado pagara menos impuestos. Sin duda equipo a seguir los Rockets con dos grandes figuras como Harden o Howard más lo que puedan sumar jugadores como Asik (pidió ser traspasado con la llegada de Howard pero no se lo han concedido), Parsons o Jeremy Lin (éste si suena como posible moneda de cambio)

-Y Kaman, para suplir a Howard. Después del fallido Fab Four 2.0 del pasado curso los Lakers se lo toman con calma y ajustan piezas con el veterano pívot germano-americano. Esta temporada no contarán en los pronósticos. 

-Greivis Vasquez a Sacramento. El venezolano viene de hacer un temporadón en Nueva Orleáns, y se espera que todavía explote aún más su juego con los Kings. Llega mediante un trade a tres bandas.

-Los Warrios van en serio. Ojo a los Locos de la Bahía. Después de su magnífica temporada pasada, donde llegaron a semifinales de conferencia, se refuerzan bien con Andre Igoudala, que llega como agente libre, al igual que el solvente interior Marreese Speights y el ilustre veterano Jermaine O’Neal. Veremos si continúan contando con David Lee, pero teniendo a Curry, Thompson o Barnes, seguirá siendo un equipo a seguir. 


-La nueva cara de los Pelicanos. En New Orleans estrenan denominación, Pelicans, y para celebrarlo quieren dar un salto de calidad. Envían al número 6 del draft (su reciente lesión le impidió salir en un número más alto) Nerlens Noel más una futura elección a Philadelphia a cambio del joven y talentoso base Jrue Holiday. También llega desde Sacramento Tyreke Evans, rookie del año en 2010, como parte del trade que da con Vasquez en Sacramento.   
  

Tyreke, nuevo socio para Anthony Davis.