lunes, 7 de octubre de 2013

EL MADRID CONVENCE




El Real Madrid se alza con el primer título oficial de la temporada con una victoria convincente, aunque no contundente, sobre un Barcelona que demuestra necesitar más tiempo de rodaje para adaptar a sus nuevos jugadores y que además acusó las ausencias de Navarro y Lorbek. El equipo de Pablo Laso, actual campeón de Liga, cuenta con la ventaja de apenas haber hecho un par de retoques en su juego interior (además de recuperar a Dani DIaz) respecto al curso pasado, lo cual es un punto a su favor. Saben a lo que juegan y parece que cada vez lo hacen mejor. 

La puesta en escena del conjunto blanco para esta nueva final entre los dos gigantes de nuestro baloncesto fue una vez más sobresaliente, dominando con extraordinaria autoridad desde el comienzo e imponiendo el ritmo del partido. A los 7 minutos el luminoso reflejaba un esclarecedor 15-26 para los de Laso, que finalizaban el primer cuarto anotando 29 puntos en otra demostración de incontinencia ofensiva. El Barcelona, desbordado, endurecía el partido buscando incomodar al rival con Lampe y sobre todo un Sada que acabaría siendo uno de los protagonistas del encuentro tras su trifulca con Jaycee Carroll. Una extraña acción en la que primero vemos a Carroll ser arrollado en la banda por Sada, y posteriormente una simulación del catalán fingiendo agresión que terminó con la descalificación del tirador mormón. Si el Barcelona buscaba algo con lo que enfriar el ritmo del partido, hasta el momento totalmente favorable a los blancos, lo había conseguido. Con un parcial de 13-5 los azulgranas se reenganchaban al partido mientras los madridistas dudaban con muestras de nervioso, especialmente por parte de un Rudy Fernández buscando ajustar cuentas y haciendo más daño que bien a su equipo.

Le vino bien el descanso (44-46 en el marcador) a los de Laso para templar ánimos y volver a encontrarse a si mismos sobre la cancha. Con Draper en pista el conjunto blanco ofrecía su otra cara, la que cada vez tiene más asumida cuando se enfrenta a problemas como los que plantean entrenadores como Xavi Pascual. Un juego más elaborado y sobrio, no tan lustroso a la vista, pero igualmente efectivo, y con una buena disposición defensiva que no deja a los azulgranas tomar el mando en momento alguno. Con 56-63 al finalizar el tercer acto, la cosa parecía encarrilada para el equipo de Laso, que mantuvo el control del partido en todo instante para acabar imponiéndose por 79-83 y llevarse su segunda Supercopa consecutiva. Pese a la estrechez del marcador final, la superioridad blanca fue manifiesta más allá de los números sobre todo en cuanto a dominio del ritmo del partido. Sólo dudaron en el segundo cuarto tras el desconcierto de la descalificación de Carroll.  

El Barcelona parece volver a enfrentarse al viejo problema que arrastró durante toda la temporada pasada y que no nos permite conocer su auténtico potencial: el tema físico. Sobre todo en el caso de Navarro, al que me temo que una vez más se le dosificará y mimará en busca de tenerle a punto cuando lleguen los momentos calientes de la temporada. Si Pascual consigue disponer de todos sus efectivos al ciento por cierto hablamos de una excepcional plantilla de catorce jugadores con todas las posiciones bien cubiertas y la mezcla justa de juventud y veteranía. El Real Madrid de Pablo Laso, por otro lado, manifiesta su candidatura a revalidar título liguero con su exhibición de juego realizada en este fin de semana de Supercopa.  

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