martes, 28 de julio de 2015

QUITAD VUESTRAS SUCIAS MANOS DEL BALONCESTO



Abós no merecía esta polémica




En un país empeñado en vivir en constante crispación y odiando al vecino, llevo un tiempo cuidándome mucho de hablar de política. Está claro que vienen nuevos tiempos, lo cual no tiene que significar necesariamente mejores, pero vienen nuevos tiempos para barrer de un soplido la política caduca, bipartidista y corrupta que ha convertido las instituciones españoles en estercoleros. Nuevos tiempos que desde algunas trincheras se niegan a aceptar, enrocados en sus vomitivas tertulias televisivas y ajenos, desde hace años ya (no se enteraron siquiera de lo del 15M, y siguen sin enterarse de nada de lo que sucede en las calles), a la realidad del ciudadano medio español. Y pasa lo que pasa, que disparan contra quien no debieran disparar. 

Les pongo en situación. El pasado sábado hacía una amigable ronda de vinos por mi querida ciudad de Ponferrada con unos viejos amigos, calentando motores para ir a al concierto de las bandas Nave Nodriza y Wau y los Arrghs!!!, recordando viejos y buenos tiempos cuando nuestra ciudad era un hervidero de rock’n’roll y todos los fines de semana había algo que rascar. Los tiempos han cambiado y no ha habido relevo generacional, la mayor parte de la chavalería prefiere otras cosas, pero ahí seguimos, de vez en cuando metiéndonos una buena fiesta cuando la ocasión lo merece. El caso es que en uno de los numerosos bares entre los que transcurría la ronda, me dio por ojear un diario, El Mundo en este caso, y cuál fue mi sorpresa al leer ya en portada (ampliado en páginas interiores) que el merecido homenaje a José Luis Abós que suponía el cambio de nombre del Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza por el del técnico maño, ese profeta en su tierra que devolvió al baloncesto de su ciudad una gloria perdida hace décadas, suponía un ataque a la monarquía, todo ello dentro de una campaña orquestada en la que se incluyen gestos como el de Ada Colau retirando un busto de Juan Carlos I o el del ayuntamiento de Montcada i Reixac de quitar la fotografía del rey. De este modo el citado periódico equiparaba un gesto absolutamente personal y con una connotación claramente anti-monárquica, como el realizado por la nueva alcaldesa de Barcelona, con lo que no es sino un merecido reconocimiento a la figura más importante del baloncesto en Zaragoza en lo que llevamos de siglo XXI. Como era de esperar, El Mundo no está solo en esta campaña de intoxicación, La Razón, La Gaceta, y pseudo-medios digitales que engañosamente llevan la palabra “libertad” como marca (para luego predicar un conservadurismo troglodita) se han sumado al griterío y ya han emitido su veredicto: darle al pabellón zaragozano el nombre del técnico que más tardes de gloria ha dado al baloncesto de su ciudad en los últimos años lejos de suponer un homenaje al citado entrenador, significa un puro y duro ataque a la monarquía española integrado en el marco de una campaña orquestada. Repugnante, vomitivo y nauseabundo. 

“Que la realidad no te estropee un buen titular”, suele decirse. Aun así la realidad debe contarse y conocerse, para quien quiera escucharla.

José Luis Abós fallece el 20 de Octubre de 2014, tras unos meses alejado de los banquillos debido a su lucha contra una enfermedad que públicamente no había desvelado pero de la que se podía intuir su gravedad. Su muerte supuso una auténtica conmoción en el mundo del baloncesto, una de las peores noticias que hemos tenido que dar nunca en este blog dedicado al mundo de la canasta. Las muestras de cariño hacia su figura no tardaron en llegar. El deseo de reconocimiento tampoco. Uno de los gestos más comentados fue el de darle su nombre al pabellón de la ciudad, tentativa de la que hizo bandera un ciudadano anónimo llamado Jorge Lambán, acérrimo seguidor del deporte de la canasta y, por supuesto, seguidor del Cai Zaragoza (además de voluntario del club) y quien para más inri se declara monárquico. “Baloncesto como modo de vida”, puede leerse como primera fase de su perfil de twitter. Se inició una campaña de recogida de firmas a través de la plataforma change.org. Recogidas 15000 firmas en apenas diez días, la petición fue llevada al ayuntamiento de la ciudad, en aquel entonces en manos del PSOE, quien echó abajo la iniciativa presentada a pleno por la Chunta Aragonesista, contando con los votos del PP, también contrario al cambio de denominación del pabellón. A cambio propusieron llamar al torneo de pretemporada Ciudad de Zaragoza como Memorial José Luis Abós. El propio alcalde Juan Alberto Belloch hacía entrega a los hijos del entrenador del título de Zaragozano Ejemplar, de manera póstuma, para su padre. La coalición Zaragoza en Común recogió esta sensibilidad en su programa electoral para unas elecciones en las que sacó más de 80000 votos que le han dado la gobernabilidad del ayuntamiento gracias al apoyo en la investidura del PSOE y Chunta. Una vez en el poder, Zaragoza en Común ha llevado a cabo la promesa electoral, pese a los votos en contra de PP, PSOE y Ciudadanos tras la moción de urgencia presentada por los populares. De hecho la suma de los votos en contra es de 20 concejales, por los 11 de Zaragoza en Común y Chunta que sí han votado a favor del nuevo nombre del pabellón. Al no ser la moción vinculante el nuevo equipo de gobierno puede mantener su decisión. Así lo establecen las leyes. 

La decisión de Zaragoza en Común y Chunta es coherente, al igual que coherente son Partido Popular y PSOE manteniendo su postura de meses atrás, cuando se empezó a hablar de este tema. No vamos a entrar en sus motivos para ello. Si es porque supone un gasto innecesario o porque consideran que hay que defender a toda costa la monarquía y una figura como el Príncipe Felipe que por cierto ya no es príncipe. Sería tan osado presuponer todo ello como osado supone afirmar que el deseo de darle el nombre del pabellón a Abós es un acto anti-monárquico. Y eso es precisamente lo que ha hecho una canallesca que ha hecho honor a su nombre más que nunca. No queremos bajar al barro de la política, donde tan bien se desenvuelven esos parloteadores ahorcados en sus corbatas dominando de manera asombrosa el arte de hablar sin decir nada, sólo podemos hablar desde nuestra propia sensibilidad de amantes del baloncesto. Desde esa perspectiva el sentimiento ha sido unánime: Abós se merece que el pabellón de la ciudad lleve su nombre. Todas las webs deportivas y medios de comunicación de referencia en el mundo de la canasta hablan del merecido homenaje que supone este hecho. Por otro lado no sabemos que opinaría el propio entrenador sobre toda esta polémica, y ha sido de muy mal gusto ver a algunos políticos, como Jorge Azcón, del Partido Popular (quien en su carrera ya ha protagonizado algún episodio de dudosa educación), hablar de “utilización” de la figura de Abós, como si fuera un estilete para el derribo de la monarquía. No, no sabemos lo que opinaría el pobre Abós, pero si sabemos que su familia ha estado en todo momento al frente de la lucha por el cambio de nombre del pabellón, y que su madre, emocionada, ha agradecido al ayuntamiento el detalle. Por otro lado la propia Casa Real ha autorizado el cambio de nombre de la instalación deportiva, una vez que el impulsor de la iniciativa, el referido Jorge Lambán, se puso en contacto con la institución monárquica. En ese sentido consideramos de interés reproducir la intervención de Lambán en el pleno de ayer la capital maña defendiendo su postura como ciudadano al margen de las instituciones.     




Comenzábamos diciendo que corren nuevos tiempos en la política española. Una regeneración necesaria que debería tener continuación en los medios de comunicación. Es desolador que el español medio se levante preocupado por cómo pagar el alquiler del piso, la hipoteca de la casa, los estudios de los niños, o simplemente en llegar a final de mes, mientras el Marhuenda de turno se levanta preocupado porque le van a cambiar el nombre a una calle, y con esa “gasolina” se dedica a incendiar a la opinión pública. Lo que se dice vivir realidades distintas. Lo peor de todo es que viviendo realidades distintas, se empeñen en proclamarse altavoces de una realidad que precisamente desconocen. También desconocen la sensibilidad de los amantes del baloncesto y lo que nos mueve para reivindicar a una figura como José Luis Abós que logró llevar al deporte de su ciudad a cotas impensables cuando se hizo cargo de un equipo que transitaba por aquel entonces en categoría LEB. No es política, no es monarquía, no es república, es BALONCESTO, ese deporte sagrado para muchos de nosotros, y del que les pedimos que retiren sus sucias manos de encima.

2 comentarios:

  1. Yo lo que siento es que para una vez que se habla de baloncesto en este país más allá de los consabidos NBA ...es para utilizarlo políticamente. Cansado.

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  2. Totalmente... ¿alguien tiene dudas de que si el pabellón se llamase, por ejemplo, Manuel Azaña, no se hubiese solicitado igualmente el cambio de nombre por parte de la afición?, de verdad que querer hacer de esto un debate sobre la monarquía, hay que tener muy mala idea.

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