jueves, 11 de febrero de 2016

LA EUROCUP RELATIVIZA EL ÉXITO DEL VALENCIA




Revés europeo para el Valencia




El Baloncesto Valencia, equipo que lleva maravillando durante toda la temporada, ha quedado eliminado de competición europea en el Last 32 de la Eurocup. Una competición que en los últimos años se le ha dado francamente bien, como lo demuestran sus tres títulos (2003, 2010 y 2014) y el subcampeonato de 2012. De hecho podría decirse que, junto al Khimki ruso (actualmente en Euroliga), ha sido el gran dominador de un torneo del que sorprendentemente se ha caído en segunda ronda. Y todo ello dentro de una espectacular campaña en la que de 45 partidos oficiales han ganado nada menos que 41. El problema es que de esas 4 derrotas 3 han sido en Eurocup, y de manera consecutiva. Dos de ellas contra un formidable Limoges, y posteriormente cayendo en su visita a Salónica para medirse con el clásico venido a menos Paok.   



El varapalo europeo, en una competición en la que figuraba como uno de los favoritos para la victoria final, no debería enturbiar el magnífico trabajo realizado por Pedro Martínez hasta la fecha, pero relativiza la importancia real de las largas rachas triunfales en temporada regular. Bien lo sabe Pablo Laso, cuando en la temporada 2013-14 su Real Madrid sumó nada menos que 31 victorias consecutivas en partidos oficiales, pero las derrotas en la final de Euroliga ante el Maccabi Tel Aviv y en la de Liga Endesa ante el eterno rival Barcelona, dejaron un regusto amargo y, de manera injusta, se cargaron las tintas contra el técnico vitoriano rumoreándose seriamente su posible despido del club. Hubiera sido una tremendísima equivocación, como se demostró en la temporada siguiente cuando Laso obtuvo todos los títulos en juego, cetro europeo incluido. No obstante, le pese a los resultadistas, aquella temporada 2013-14 fue absolutamente maravillosa para el aficionado madridista que siguió el día a día de su equipo, como lo está siendo ésta para el aficionado valencianista. Pero tan injusto sería criticar a un entrenador como Laso o Pedro Martínez cuando pierden un partido clave después de ganar 30 menos trascendentes, como criticarlos cuando después de ganar los encuentros decisivos alguna derrota en liga regular salpica sus casilleros (como está sucediendo ahora con Laso) En definitiva siempre se dispara contra el entrenador, esa pieza que, dentro de las relativizaciones de éxitos y fracasos, siempre acostumbra a recibir la peor parte.  



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