miércoles, 16 de marzo de 2016

A UN PASO DE LA HISTORIA







A un paso de la historia definitiva, la que quede en los libros como un registro asombroso para las posteriores generaciones. Porque la temporada de Golden State Warriors está siendo un desafío constante a esa historia preestablecida, esa leyenda dictatorial sobre los Bulls de Jordan y su dominio no sólo sobre la NBA de aquel momento si no la posterior. Finalmente no han sido ni Kobe ni LeBron ni tantos otros “sucesores” quienes han logrado establecer una tiranía ganadora sobre el resto, si no estos Warriors de Stephen Curry en una temporada irrepetible. Queda por saber si culminarán con el segundo anillo, y si Curry y compañía serán capaces de llegar (o superar) los seis anillos de Jordan. Dada la edad media del bloque que maneja Steve Kerr es perfectamente factible tal gesta pese a la resistencia de los incombustibles Spurs y del empeño del siempre combativo LeBron James, ya que más allá de esas dos alternativas no se vislumbran grandes amenazas para el reinado en la NBA de los de la Bahía de Oakland.  



La última muesca en el revolver de proezas imposible ha sido la de llegar a 60 victorias en 66 partidos, con un brutal 90.9% de victorias. Celebraban así el 28 cumpleaños de Stephen Curry (hay que recordar que es la edad a la que Jordan ganó su primer anillo de campeón, Curry puede conseguir el segundo) y ampliaban el balance de victorias en casa a un registro de 31 triunfos… por 0 derrotas. En mente sigue estando batir la mejor marca de temporada regular de todos los tiempos, el 72-10 de los Bulls de 1996. Ya sólo tienen que ganar once partidos de los 16 que les quedan. Kerr nunca ha ocultado su intención de batir la histórica marca y no reservar al equipo de cara a play offs. En un deporte tan acostumbrado a veces a valorar únicamente el resultado final, el título de campeón, es de agradecer que haya equipos empeñados en ofrecer al aficionado hazañas de este calibre día tras día. Si finalmente el anillo se les escapase a estos Warriors no habría quien tardase en acusar a Kerr y los jugadores de haber realizado fuegos de artificio en vez de concentrarse en el título de campeón. Desde aquí queremos decir que este equipo no merece ningún reproche pase lo que pase y ya se han ganado un lugar para siempre en el recuerdo de los buenos aficionados.   




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