viernes, 8 de abril de 2016

ESTÁN VIVOS




Gran jornada ayer para los intereses de los equipos españoles en una Euroliga que cerraba su Top 16 con las victorias de Barcelona y Real Madrid para certificar su pase a cuartos de final. Únicamente falló el Laboral Kutxa en su visita a la difícil cancha del Brose Bamberg (y es que tan sólo CSKA y Real Madrid han conseguido salir con victoria de ese desplazamiento), aunque lo cierto es que los de Perasovic no sólo estaban ya clasificados matemáticamente, sino que además tenían la certeza de ser al menos segundos de grupo y tener factor cancha a favor. Se jugaban en todo caso la posibilidad de ser primeros de grupo, lo cual hubiera sucedido de haber arrancado la victoria en terreno alemán y tras una derrota del CSKA en el ya intrascendente partido que esta tarde jugarán Olympiacos y los rusos en El Pireo. Eso les hubiera posibilitado enfrentarse a un rival a priori más asequible que el Panathinaikos como es el joven y sorprendente Estrella Roja de Belgrado. Con su abultada derrota en Baviera, muestra de la falta de tensión de los vascos, la primera plaza del conjunto de Moscú queda matemáticamente asegurada independientemente de su resultado en Atenas.  


Nos interesaba más lo que pudiera suceder en Kaunas y Madrid, donde primero el Barcelona y posteriormente el actual campeón se jugaban seguir vivos en la competición. En el caso de Xavi Pascual lo tenía todo a su favor, e incluso una derrota podía haber posibilitado su pase a cuartos dependiendo de terceros resultados. No obstante los azulgrana no fallaron y tras una timorata primera parte despertaron a tiempo de la mano de un sensacional Pau Ribas quien reaparecía anotando 14 puntos (con cuatro triples sin fallo) en 16 minutos. Aunque la gran figura blaugrana fue Joey Dorsey, gran baluarte de los de Pascual con 12 puntos y 13 rebotes (evidenciando, eso sí, una vez más su gran problema con los tiros libres: 2 de 9 desde la línea de castigo) Victoria que clasificaba matemáticamente a los culés y les aseguraba la tercera plaza evitando al “coco” Fenerbahce. Los siempre lamentables especuladores y conspiranoícos que anticipaban una amañada derrota azulgrana para perjudicar al Real Madrid (aun poniendo en riesgo los intereses barcelonistas) quedaron una vez más en evidencia. Afortunadamente el baloncesto va por otro camino.     


El resultado de Kaunas daba la posibilidad al Real Madrid de depender matemáticamente de sí mismo y no esperar lo que sucediera en Alemania (finalmente la victoria del Brose también le daba tal posibilidad a los de Laso) o esta tarde en Atenas. Final pura y dura por tanto en el Palacio entre dos equipos llamados quizás a no pasar tantos apuros en esta competición, pero es que lo del Grupo B de este Top 16 ha sido algo absolutamente brutal. Y el Real Madrid no falló, recuperando la magia de un Palacio abarrotado y llevando en volandas a su equipo a cuartos de final. El primer cuarto fue de pura fantasía, con Llull y Rudy ametrallando sin piedad y Rice dando la réplica por los visitantes. Pero sobre todo fue el cuarto de Felipe Reyes. El gran capitán hizo unos minutos inmaculados, con 11 puntos sin fallo (2 de 2 en triples, 2 de 2 en tiros de 2, y un tiro libre anotado adicional a un triple en un 3+1) Sergio Rodríguez cerraría el cuarto con un triplazo en el último instante para dejar un marcador NBA: 33-28. 


Los primeros minutos discurrieron de la misma manera, tomando un excelso Jaycee Carroll el relevo anotador. Precisamente un triple anulado al mormón tras “instant replay” por previa falta personal en el bloqueo enfrió el partido, que a partir de ahí no volvió a ser el mismo, cuestión que se evidenció en un tercer cuarto en el que se perdió la frescura en ataque, pero que mostró los posiblemente mejores minutos en defensa del Real Madrid en esta Euroliga, cerrando el aro a un rival que únicamente anotó 4 puntos en casi 9 minutos, 2 de ellos desde el libre. El Real Madrid comenzaba a adquirir ventajas por encima de la decena de puntos sin que el Khimki encontrase respuesta y con Ivanovic guardándose los tiempos muertos (si lo llega a hacer Laso…) No bajaría la guardia en ningún momento el Real Madrid, sabiendo esta vez cerrar el partido, lo que ha sido una asignatura pendiente para los blancos durante todo el Top 16 (como les sucedió la pasada semana en Vitoria sin ir más lejos) Los de Laso realizaron un partido muy completo frente a un gran rival que ve frustrado su asalto al máximo cetro continental tras varios años de dominar la Eurocup y después de comprometerse con uno de los presupuestos más altos del torneo, evidenciado en el esfuerzo económico que supuso traerse a Alexey Shved de la NBA para convertirlo en el jugador mejor pagado de Europa (tres millones de dólares por temporada) y que ha decepcionado en los momentos claves (1 de 8 en triples anoche), no así Tyrese Rice, quien no dejó de recordar a aquella bestia negra que se cruzó en la final de Milán para el Real Madrid cuando vestía la camiseta del Maccabi, y que anotando canastas de todos los colores dio un ejemplo de cómo echarse un equipo a la espalda (equipo que, por otro lado, debiera estar concebido para no depender tanto de un solo jugador) Al Real Madrid le espera el temible Fenerbahce de Obradovic. Otra plantilla multimillonaria, diseñada para ganar la Euroliga, y que presenta los mejores números del campeonato. No hay respiro y el próximo martes ya se disputa el primer punto de una serie que se presenta sin duda alguna apasionante. No parece favorito el Real Madrid, y haría bien en liberarse de presión y admitirlo. Traspasar esa pesada mochila de la presión y la exigencia, que normalmente lastra más que ayuda, al equipo rival. Pero lo importante de verdad ahora mismo para el equipo de Laso es que están vivos. 



Los resultados producidos ayer han querido dejar una tarde-noche de viernes con cuatro partidos ya absolutamente intrascendentes y con nada en juego. Algo que debería revisar la organización. Es comprensible que como competición prácticamente cerrada la Euroliga juegue con sus propias normas buscando los intereses económicos de los que finalmente se benefician los clubes, y con ellos los aficionados deseosos de ver el mejor baloncesto (en la propia NBA hay equipos que acaban la competición días antes que otros esperando resultados de los que puedan depender su entrada en play offs o no), por ello no nos vamos a exceder en la polémica de la no unificación de horarios en la última jornada, pero de alguna manera se debería un buscar un mayor equilibrio entre la pureza de la competición y el negocio.      




La muñeca de Jaycee, clave para el equipo de Laso.



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