miércoles, 30 de agosto de 2017

GRUPO C: LA VIEJA NUEVA ESPAÑA




Los hermanos Hernángomez representan el relevo generacional ya instalado en la selección.



Nuestro análisis del grupo C del Eurobasket ha de comenzar, como no, con un análisis de España, vigente campeona y principal (que no única) favorita al título. Las bajas de Rudy, Reyes, Mirotic, Claver, Ribas y Llull obligan a la prudencia, y han obligado a Scariolo a configurar un roster bastante novedoso respecto a otras convocatorias. Sólo cuatro jugadores repiten respecto a 2015, y seis respecto a los Juegos de Río. Demasiados cambios en una selección que había hecho de la continuidad uno de sus grandes valores. Las circunstancias mandan y vuelven a poner sobre la mesa las virtudes tácticas de Scariolo como entrenador. Lo más interesante, una vez finalizada la gira de presentación, es la utilización de dos bases en pista, con mucha libertad en el tiro para Sergio Rodríguez, el uso de Juancho Hernángomez como “tres”, y de nuevo la apuesta por los dos Gasol juntos en pista, desplazando a Pau al “cuatro”, su posición habitual en la NBA pero más difícil de ver en FIBA. Con todo esto uno de los quintetos más utilizados por el entrenador italiano puede ser el de Ricky-Chacho-Juancho-Pau-Marc, es decir, dos bases y tres jugadores altos al mismo tiempo. Más allá de eso hay que confiar en que Alex Abrines confirme las buenas sensaciones dejadas ante Lituania y que Willy se consolide como primer recambio interior. Navarro gana en importancia ante las bajas como único escolta puro y tendrá más minutos de los que en principio iba a tener asignados. San Emeterio parece haber perdido la chispa con la que acabó la temporada, pero su oficio le hace ser tenido en cuenta por Scariolo, y con su compañero de equipo Sastre se jugará ser el noveno hombre del equipo, mientras que Vives y Oriola apuntan a ser los menos utilizados. No es la selección descollante de otras ocasiones. No hay una profundidad de banquillo tan fiable como otros años, pero teniendo en cuenta las bajas del resto de selecciones llevamos equipo para al menos aspirar a medalla. Es la España de siempre, la de Pau y Navarro, pero es una España nueva que demuestra que la renovación es posible y no supone trauma alguno. Los relevos van llegando de manera natural, sin forzar cambios de ciclos ni retiradas de jugadores históricos (dejen de atizar a Navarro, por favor)


Estadísticamente, los Gasol han llevado el peso de la anotación en la gira de preparación. Pau ha hecho 12.4 puntos y Marc 10.7 por partido. También han dominado los rebotes, 6.4 para Marc y 6.1 su hermano mayor. Las asistencias, lógicamente, han sido de los bases. Ricky ha sido el más destacado con 4.2 y el Chacho le secunda con 3.2. Rubio también ha liderado los robos de balón, con 1.2 recuperaciones por partido, mientras que Marc Gasol ha sido el mejor taponador con 0.7 “chapas” por encuentro. El siempre interesante apartado del +/- lo tenemos incompleto, ya que no hemos encontrado el dato del España-Venezuela de Madrid, pero por lo que hemos recopilado de los otros seis partidos Ricky ha sido el jugador con impacto más positivo en pista acumulando un total de +48 con él en pista. Curiosamente, en el lado negativo, el jugador que menos ha sumado es Sergio Rodríguez (de hecho es el único jugador con saldo negativo), -7 cuando ha estado en la cancha.     




Los números de la Ruta Ñ



¿Y qué hay de nuestros rivales? Comenzamos contra Montenegro, una selección con varios jugadores conocidos por nuestra afición. Tyrese Rice ha decepcionado en su curso barcelonista, y actualmente se encuentra resolviendo su futuro después de conocer que Sito Alonso no cuenta él. Su estilo de juego siempre ha sido un arma de doble filo, debido a su necesidad de acaparar tanto balón y tantos tiros. En su último encuentro amistoso, frente a Turquía, se le vio totalmente crispado y enfadado con árbitros, compañeros, rivales y hasta encarándose con su entrenador, el legendario Bogdan Tanjevic. Veremos cómo responde cuando comience el campeonato en una selección en la que ha de surtir balones a los talentosos interiores montenegrinos. A Dubjlevic ya le conocemos de sobra, viene de ser MVP de las finales de Liga Endesa y se encuentra en el mejor momento de su carrera. Otro viejo conocido es Marko Todorovic, talento puro quien al igual que Dubjlevic puede hacer mucho daño al poste, aunque sin el tiro exterior del valencianista. Pero la gran estrella de nuestro rival no viene de Liga Endesa si no de la NBA. Nikola Vucevic es un portento físico que mientras su selección esté viva será uno de los pívots con mejores números del torneo. Una de las revelaciones puede estar en el puesto de alero, con un Dino Radoncic quien a sus 18 años y pese a no haber tenido un papel testimonial en ACB hasta la fecha goza de la total confianza de Tanjevic. Por contras, las posiciones eminentemente exteriores de base y escolta parecen las más débiles del combinado de la antigua Yugoslavia, tema Rice al margen. Selección de calidad media que al menos debería pasar la fase de grupos sin excesivos apuros. 


El sábado espera Chequía, uno de los países que ha experimentado un mayor crecimiento en este deporte gracias a una muy talentosa generación de jugadores comandada por Satoransky, Vesely y Balvin. El problema es que de este trío estelar sólo acude al Europeo el base de los Washington Wizards. A eso hay que sumar la ausencia de otros jugadores no tan estelares pero si de buen nivel como Jelinek, Pumprla o Schilb, con lo cual tenemos a una República Checa de circunstancias y que muy difícilmente podrá repetir la meritoria séptima posición de hace dos años. Su objetivo real debe ser pasar la primera fase, liderados por un Satoransky que tendrá en el jugador del Manresa Patrick Auda su mejor aliado. Disfrutaremos también de los que pueden ser los últimos coletazos a nivel internacional de un superclase como ha sido Jiri Welsch, santo y seña del basket checo hasta la irrupción de los Vesely, Satoransky y compañía. 


Rumania es muy posiblemente la peor selección del torneo. Verla ya no sólo ganar, siquiera tener posibilidades de hacerlo, parece una utopía. Sus únicos jugadores con cierto nivel para un torneo de este tipo son Vlad Moldoveanu, un trotamundos con formación NCAA y el bisoño (20 años) Emanuel Cate, canterano del Real Madrid y esperanza de futuro del basket rumano tras su reciente MVP y oro en el último Europeo U20 B disputado este verano.   


Croacia es la única selección con posibilidades reales de disputarnos el liderato del grupo. Aza Petrovic ha conseguido dotar de cierta fiabilidad competitiva a una selección joven que no acaba de explotar. Su calidad es extraordinaria y son claros aspirantes, pero… ¿cuántas veces hemos dicho esto de Croacia en los últimos años? No obstante su quinto puesto en los pasados Juegos Olímpicos (y a punto estuvieron de dejar en la cuneta a Serbia en cuartos) nos pone sobre aviso de sus posibilidades. En la cita olímpica no contaron con Ante Tomic, quien había renunciado a la selección ya en el Pre-Olímpico, creando una brecha entre el jugador y el actual seleccionador que ha demostrado que no sólo pueden sobrevivir sin la gran torre croata, es que de hecho funcionan mejor sin él. Duele más la ausencia de Hezonja, clave el verano pasado. Los galones recaen por tanto en Dario Saric y Bojan Bogdanovic, pareja de garantías. Sin Tomic, y a la espera de la explosión de Dragan Bender, entre Buva, Planinic y Zoric forman una tripleta que sabe complementarse muy bien. Todos aportan. Veteranía por fuera, con Ukic en la dirección y Simon y Popovic como ejes temperamentales. Vuelve otro clásico como Marko Tomas, castigado durante los últimos veranos por las lesiones. Equipo muy completo sin apenas fisuras en ninguna de sus posiciones. Teniendo en cuenta que España suele ir de menos a más en estos torneos y siempre tenemos algún tropiezo en las primeras fases, no sería extraño que acabasen primeros de grupo. 


Finalizamos contra Hungría, selección que disputará su primer Eurobasket del siglo XXI. Y es que el país centroeuropeo, pese a ser una potencia a mediados del pasado siglo, no ha tenido gran tradición cestista en las últimas décadas. Intentan levantar el vuelo gracias a la nueva generación liderada por Adam Hanga, bien secundado por el exterior de fácil anotación David Vojvoda y el ACB de formación NCAA Rosco Allen. Junto a ellos aleros como Varadi, Perl y Benke, todos ellos del 95, avivan la esperanza del presente y futuro húngaro, un baloncesto que adolece de grandes pívots (ningún jugador llega a los 2.10) y de buenos directores de juego (sólo el veterano Wittman es base puro), pero que encuentra en las alas sus mejores armas, suficientes como para soñar con superar la fase de grupos, lo cual sería ya un éxito para ellos. Han hecho una preparación larguísima (12 partidos) con resultados bastante pobres, incluyendo una abultada derrota con su principal rival por la cuarta plaza, Chequía, por más de 30 puntos (sintomático, por mucho que no estuviera Hanga) 



PRONÓSTICOS: España y Croacia se jugarán la primera plaza, posiblemente en su duelo directo. Los comienzos de torneo a los que nos tiene acostumbrados nuestra selección abren la posibilidad de la primera plaza croata. Montenegro lo tiene todo a favor para ser tercera, y Chequía, pese a las bajas, apostamos que impondrá su experiencia para ser cuartos. Hungría quinta y Rumania lógico colista.   





Saric y Bogdanovic, amenazas para España






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